Optimizando el uso del agua a través de programas integrales en la cuenca del lago de Tota

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En Colombia la oferta de agua está cada vez más amenazada. Más del 80 % de las cabeceras municipales se abastecen con fuentes que no cuentan con el caudal suficiente para este propósito, con bajas condiciones de regulación y alta vulnerabilidad, situación que se agrava frente a los fenómenos de variabilidad climática y cambio climático (MAVDT, 2010). De acuerdo con los estudios realizados por el IDEAM, habrá una reducción de hasta el 40% de la precipitación en un tercio del territorio y un aumento de temperatura de 2.1⁰C en el año 2100 (IDEAM, 2015).

En la cuenca del Lago de Tota, la demanda del recurso hídrico aumenta en proporción directa con el crecimiento poblacional, productivo e industrial. Esto sucede especialmente en Aquitania, uno de los municipios de la cuenca que es también el mayor productor de cebolla larga de Colombia. A esto se suman las alteraciones actuales y proyectadas de la variabilidad y el cambio climático que acentúan las probabilidades futuras de sequías e inundaciones más severas en la cuenca.

La normativa ambiental vigente (Decreto 1090 de 2018, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible) establece que los usuarios que soliciten concesiones de agua deben elaborar y adoptar un conjunto de acciones y proyectos para optimizar el uso del recurso hídrico para contribuir a su sostenibilidad. Para dar cumplimiento a esto y contribuir a la adaptación al cambio climático de las actividades agrícolas, el proyecto AICCA Colombia apoyó la estructuración de Programas de Uso Eficiente y Ahorro del Agua (PUEAA) en 3 distritos de riego, ubicados en la cuenca del Lago de Tota (Asochital, Asoplaya y Asocordoncillos), que cubren un total de 264 usuarios y 278 hectáreas.

La formulación de un PUEAA contempla una serie de etapas que permiten establecer la situación ambiental actual del recurso hídrico asignado para diferentes usos (distrito o acueducto), teniendo en cuenta aspectos sociales, físicos, bióticos y antrópicos, para luego gestionar las potencialidades, conflictos y restricciones del uso del recurso. Con esa base se proponen estrategias y acciones de uso eficiente del recurso a ser implementadas por los usuarios a lo largo de cinco años. Las mismas engloban la realización de obras y proyectos técnicos, campañas educativas para la comunidad, ajustes en los sistemas de riego, monitoreo del recurso, entre otros. Algunos ejemplos de acciones concretas planteadas incluyen: la implementación de cosecha de aguas lluvias para el aprovechamiento del recurso en época de sequía, la adopción de tecnologías de riego de bajo consumo (micronebulizadores, riego por goteo, bebederos con flotador de cierre, etc.), implementación de redes de tuberías bajo tierra y la aplicación de riego en horas donde hay menos evaporación. Por último, se proyectan metas anuales de reducción de pérdidas de agua.

Adicional al ahorro de agua, existen otros beneficios de la implementación de estos programas. Uno que es primordial para los beneficiarios es la reducción de los gastos por el servicio. Igualmente, existe un efecto directo en el mejoramiento de las prácticas productivas y en el mantenimiento preventivo de los sistemas vinculados al recurso. La reflexión y el trabajo conjunto resulta también en el mejoramiento de las relaciones entre actores y en la conservación mancomunada de los ecosistemas naturales.

Con base en esa experiencia se desarrolló una guía “paso a paso” para la formulación de estos Programas, que tiene en cuenta consideraciones de cambio y variabilidad climática. Esta cartilla está dirigida tanto a usuarios del recurso como a eventuales formuladores. Igualmente, se trabajó en un plegable de lenguaje sencillo que explica fácilmente conceptos básicos sobre uso y ahorro eficiente del agua, sus beneficios, la relación con el cambio y la variabilidad climática, y tips prácticos para el uso eficiente del agua en los sistemas de riego.

Descarga la cartilla   ·   Descarga el plegable

Se espera que la guía permita a otros actores de la cuenca adquirir estas competencias de adaptación al cambio climático y que, a través de pequeños cambios en las prácticas, tecnologías y hábitos de consumo, se continúe avanzando hacia la sostenibilidad del recurso para beneficio de todos los habitantes del Lago de Tota.

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