Pastizal patagónico Foto: Iniciativa Andina de Montañas
Los pastizales de montaña, clave para la vida en los Andes, enfrentan amenazas crecientes debido al cambio climático y la degradación del suelo. Un taller regional reunió a expertos y comunidades para compartir conocimientos, fortalecer alianzas y preparar el camino hacia el Año Internacional de los Pastizales y los Pastores en 2026.
En los Andes, los pastizales altoandinos no solo albergan una rica biodiversidad, sino que también son fundamentales para la economía rural, la regulación hídrica y la captura de carbono. Frente a las crecientes amenazas que enfrentan estos ecosistemas, el Taller de intercambio de experiencias en restauración de pastizales de ecosistemas de montaña: Rumbo al Año Internacional de los Pastizales y los Pastores (2026) se convirtió en un espacio clave de diálogo y colaboración. El evento se realizó en La Molina, Lima, el viernes 7 de marzo.
Durante el taller, se destacó el valor del conocimiento ancestral de las comunidades altoandinas, cuyo rol es clave para una gestión sostenible. También se presentaron herramientas tecnológicas como el monitoreo satelital y modelos hidrológicos que permiten evaluar la salud de estos ecosistemas y guiar acciones de restauración efectivas.

Aportes clave de CONDESAN y avances en restauración
La participación de Vivien Bonnesoeur, Ingeniero Forestal y PhD en ciencia forestal por AgroParisTech (Francia), en representación de CONDESAN, fue uno de los momentos más destacados del encuentro. En su intervención, Bonnesoeur presentó dos síntesis de evidencias centradas en el papel crítico de los pastizales de Puna como torres de agua en los Andes. Estos ecosistemas, por recibir mayor precipitación y tener alta capacidad de infiltración con baja pérdida por evapotranspiración, juegan un papel aún más crucial que los bosques en la regulación hídrica.
Asimismo, enfatizó que el manejo de pastizales debe abordarse en conjunto con los bofedales, tal como lo hacen tradicionalmente los alpaqueros, ya sea para el pastoreo o la provisión de servicios ecosistémicos.
Bonnesoeur compartió también tres resultados preliminares de investigaciones recientes (no publicado todavía) sobre experiencias de restauración en Lima, incluyendo el primer bofedal restaurado mediante el Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MERESE) del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (SEDAPAL), y la recuperación de pajonales y matorrales en San Andrés de Tupicocha. Estos estudios muestran trayectorias de restauración variables, pero con señales positivas, especialmente en zonas donde se aplicaron enfoques pasivos y activos combinados.

Un llamado a priorizar los pastizales de cara al 2026
Más allá del intercambio técnico, el taller marcó el inicio de un esfuerzo colaborativo que se proyecta hacia el Año Internacional de los Pastizales y los Pastores en 2026, con acciones clave como:
- El fortalecimiento del trabajo con comunidades altoandinas
- La conservación de camélidos sudamericanos y,
- La promoción de incentivos como los esquemas de Pago por Servicios Ecosistémicos.
“Este taller permitió reunir actores que no necesariamente se conocían, y abrir espacios para sumar esfuerzos. Si bien 2025 es el año internacional de los glaciares, debemos reconocer que los pastizales tienen un rol aún más crítico para las sociedades andinas: no solo ayudan a mitigar el cambio climático, sino también a adaptarnos a él. Si no actuamos ahora, podríamos enfrentar para los pastizales un destino similar al de los glaciares”.
Vivien Bonnesoeur
Con este llamado, la comunidad científica y los actores locales reafirman su compromiso con la restauración y conservación de los pastizales, entendiendo que su protección es, en última instancia, una inversión en el bienestar de las generaciones presentes y futuras.