Pajonales altoandinos son determinantes para la conservación del agua

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Estudio publicado en la revista Science of the Total Environment (STOTEN), revela que los pajonales funcionan como “torres de agua”, según una reciente revisión sistemática de 38 estudios científicos.

Los pajonales son ecosistemas únicos en el medio ambiente y las zonas altoandinas de varios países de América del Sur (Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú). Estos ecosistemas son auténticas fuentes de agua y vida para las familias y comunidades que habitan tanto en las cuencas altas como bajas.

La nota publicada en la prestigiosa revista científica (Progress in understanding the hydrology of high-elevation Andean grasslands under changing land use – ScienceDirect), señala que los ecosistemas de pajonales pierden menos agua hacia la atmósfera – alrededor del 51 % – que otros tipos de cobertura vegetal. Por ejemplo, algunos estudios han identificado que los árboles consumen más agua para su desarrollo que la vegetación nativa de herbazales y arbustos propia de los pajonales. Los pajonales altoandinos conservados mantienen un rendimiento hídrico (producción anual de agua) tres a cuatro veces superior a cuando estos son forestados con árboles.

A este proceso de pérdida de agua hacia la atmósfera, se le denomina “evapotranspiración” y es determinante a la hora de conservar el recurso hídrico dentro de los suelos de las cuencas para que luego sea liberada hacia las zonas bajas. Luego, esta agua puede ser utilizada a lo largo del cauce aguas abajo para actividades agrícolas de las comunidades andinas y para abastecimiento de agua en las ciudades, industrias y comercios. Este servicio ecosistémico es conocido como regulación hidrológica y consiste en la capacidad que tienen los ecosistemas para captar el excedente de agua durante la temporada de lluvia, almacenarla durante semanas o incluso meses, y posteriormente liberarla durante temporadas secas. La regulación hidrológica limita la ocurrencia de crecidas de caudal, huaycos e inundaciones, reduce o evita el flujo superficial (lavado de suelos) y está fuertemente ligado con la mitigación de la erosión hídrica del suelo que genera y transporta sedimentos.

El estudio, también recomienda considerar las condiciones históricas de manejo de la vegetación y el suelo para evaluar los impactos del pastoreo y la agricultura en las funciones hidrológicas. En ese sentido, si bien la actividad ganadera y el pastoreo son importantes en la economía rural de los Andes tropicales, se deben desarrollar adecuadas prácticas de pastoreo que no comprometan la provisión de servicios ecosistémicos hídricos como la regulación hidrológica.

Realmente estos ecosistemas cumplen una misión crucial para el fortalecimiento de la seguridad hídrica ya que contribuyen a la captura, almacenamiento y regulación del recurso hídrico. Esto favorece la protección y el abastecimiento de agua para la población, según concluyó el análisis reciente de 38 estudios vinculados a la hidrología de pajonales que fueron revisados por un grupo de prestigiosas entidades, tales como: Universidad San Francisco de Quito USFQ, Ecuador; Universidad de Cuenca, Ecuador; EcoDecisión, Quito Ecuador; Iniciativa Regional de Monitoreo Hidrológico de Ecosistemas Andinos (iMHEA); ATUK Consultoría Estratégica, Cuenca Ecuador y Forest Trends, coordinadas por el Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN) en el marco del Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica.

Entre los principales hallazgos figuran, por ejemplo, que la interacción entre pajonales y humedales es fundamental para la conservación y regulación del agua que llega a los ríos y, por ende, para la conservación de los ecosistemas y la provisión de servicios ecosistémicos hídricos.

A su vez, los estudios identificaron que los pajonales conservados facilitan la infiltración de agua a los suelos, lo cual reduce la ocurrencia de flujo superficial, lo que disminuye el proceso de erosión del suelo, además de favorecer el rendimiento hídrico y la regulación hidrológica.

La alta capacidad de infiltración de los suelos cubiertos por pajonales altoandinos (entre 1.5 hasta 12 veces más que tierras bajo usos para agricultura o pastoreo intensivo) en relación con la típica baja intensidad de precipitación medible en los ecosistemas altoandinos (compuesta principalmente de llovizna), reduce la ocurrencia de flujo superficial -es decir, que el agua discurra hacia las zonas bajas sin ser almacenada en la cuenca alta- y, por lo tanto, disminuye la incidencia de procesos de erosión del suelo.

Vivien Bonnesoeur, coautor del estudio y especialista de Condesan para el Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica señaló: “Si hablamos de las cuencas de la vertiente del Pacífico en Perú, donde vive aproximadamente el 65% de la población nacional, los ecosistemas que están dominados por pajonales andinos ocupan una quinta parte de la superficie, pero reciben más del 33% del total de la lluvia de estas cuencas. Por eso la importancia de identificar estos ecosistemas como productores de agua e incluirlos en la gestión integral de las cuencas”. El estudio también identificó que las punas húmedas y secas ocupan el 85% de la extensión total de los pajonales altoandinos, pero solamente representan el 6% de las investigaciones científicas publicadas que han sido identificadas en esta revisión. Es fundamental fortalecer el monitoreo y la investigación científica en estos ecosistemas debido a su importancia.

¿CÓMO PROTEGER A LOS PAJONALES?

Cuatro investigaciones reportaron que la forestación con pinos reduce hasta en 50 % el rendimiento hídrico de las cuencas ubicadas en los ecosistemas altoandinos dominados por pajonales en los Andes tropicales (páramos, jalcas y punas), así como la producción de caudal base.

Por ello, recomiendan evitar la forestación con pinos u con otras especies con grandes requerimientos de agua ya que esta afecta de modo negativo los servicios hidrológicos que reciben las poblaciones que dependen de los pajonales altoandinos.

Beatriz Fuentealba, Directora de investigación en ecosistemas de montaña del INAIGEM, señaló: “Es importante que hagamos un ejercicio y una reflexión sobre cómo vemos los pastizales. Desvaloramos muchísimo la función que cumplen los pastizales, pero en realidad los pastizales son el eje de la economía altoandina, de todos los que son ganaderos, de los que crían ganado, hay una tradición y cultura social que muchas veces no tomamos en cuenta. Además, los pastizales también capturan carbono, y cumplen la función de regulación hidrológica”.  

La revisión de estudios detectó, además, que hay un desbalance entre la extensión geográfica de los ecosistemas de pajonales altoandinos y la investigación hidrológica realizada dentro de los mismos, resaltando la importancia de impulsar la investigación científica y el monitoreo en estos ecosistemas.

Dato importante:

  • Pueden revisar el estudio completo “Servicios ecosistémicos hídricos de los pajonales altoandinos: ¿Qué sabemos?” en este enlace).
  • La revista Science of the Total Environment (STOEN) está situada en el primer cuartil (Q1) de las publicaciones científicas (donde se encuentran aquellas revistas con el mayor factor de impacto)
  • Los resultados del estudio señalan que el sobrepastoreo o las prácticas de quema de pajonales son muy dañinas.

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El Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica es promovido y financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Gobierno de Canadá, liderado por Forest Trends junto a sus socios Condesan, SPDA, EcoDecisión y el Imperial College de Londres.

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