En construcción…una red de apoyo de jóvenes líderes andinos

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Del 5 al 9 de agosto la Parroquia Nanegal del Distrito Metropolitano de Quito – Ecuador, fue sede del intercambio regional de experiencias de jóvenes líderes procedentes de: la Cuenca del Lago de Tota, departamento de Boyacá en Colombia; de la provincia Cercado del departamento de Cochabamba en Bolivia; de la provincia de Esmeraldas en Ecuador y, por último, los anfitriones, del Chocó Andino de la Provincia de Pichincha. En total 12 jóvenes amantes de sus territorios y que trabajan en temas relacionados con el cuidado ambiental, la cultura, la producción sostenible, la comunicación y la política, se reunieron a intercambiar sobre cómo construir territorios sostenibles y resilientes al cambio climático.

Este intercambio se realiza en el marco de la quinta edición del Festival del Chocó Andino y su organización fue liderada por la Red de Jóvenes del Chocó Andino en conjunto con CONDESAN, a través del proyecto Adaptación a los Impactos del Cambio Climático en los Recursos Hídricos de los Andes (AICCA), y fue apoyado por la Fundación Imaymana desde el proyecto “Infraestructura y Equipamiento para para el desarrollo local sostenible, inclusión social y adaptación al contexto post COVID 19 en el Chocó Andino de Ecuador” y por Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF).

Como introducción se realizó un mural para hacer explícita la red de personas, territorios, experticias, intenciones y valores alrededor de los que se llevaría a cabo el encuentro. Posteriormente, se trabajó en la reportería del primer día del Festival para conocer de boca de los mismos actores los diversos procesos de sostenibilidad en marcha en el Chocó Andino. Para ello, los jóvenes visitaron cada uno de los espacios, que incluían ferias agroecológica, gastronómica y educativa, así como rituales y presentaciones culturales. Se entrevistó a productores agroecológicos del Chocó Andino y a emprendedores que están dando valor agregado a su producción.

“Organizar y participar de la quinta edición del Festival del Chocó Andino fue una experiencia super chévere porque se conoció mucha gente y se aprendió cosas nuevas. Considero que la participación de la Red de Jóvenes del Chocó Andino este año fue más notoria y nos dejó muchos aprendizajes, creo que el más importante es ser más responsables y colaborativos ya que dirigir un evento tan grande para nuestro territorio es una gran responsabilidad”

Johana Aules – Joven líderesa habitante de la parroquia Gualea

Como mecanismo para conocer los bosques andinos en una experiencia inmersiva, se visitó la Reserva Santa Lucía. A través de un recorrido con interpretación ambiental, se conocieron procesos fundamentales de estos irremplazables ecosistemas, para tomar conciencia del medio natural que habitamos y del que somos parte y fomentar el amor a la vida y la reconexión con la naturaleza a través de la educación experiencial y al aire libre, implementada por la Red de Bosques Escuela del Chocó Andino hace varios años.

“Desde el inicio me sorprendió bastante ya que en el lugar en el que vivo no hay tanta conexión con la naturaleza. La reserva Santa Lucía es una gran iniciativa que muestra que si es posible hacer ecoturismo respetando a la naturaleza”

Ronald Jaillita – Joven de Cochabamba Bolivia

En un cuarto momento, cada delegación, desde su rol de liderazgo juvenil, realizó una presentación de su experiencia territorial utilizando la metáfora del árbol (problemáticas, actores, fortalezas, debilidades, soluciones, avances a la fecha). Los dueños de casa, la Red de Jóvenes del Chocó Andino RJCA lideran procesos de sostenibilidad, utilizando como principal herramienta la comunicación socioambiental y la articulación de actores a través del diálogo intergeneracional. La RJCA se ha convertido en un actor clave para los distintos procesos de restauración, conservación y actualmente se encuentran generando propuestas propias en ámbitos como la cultura, el turismo, la producción agropecuaria, la política y la comercialización consciente.  Uno de sus principales logros es justamente la realización del Festival del Chocó Andino, que es la fiesta anual de la biorregión en donde se conmemora su creación y articula la participación de diversos actores locales, nacionales e internacionales, logrando consolidar una visión que nace en un territorio rural y que conecta con lo nacional y lo global.

Ronald Jaillita y Yeldyn Loza de Bolivia, participaron del proceso de formación de líderes ambientales, espacio en el que, junto a otros jóvenes, trabajaron en la identificación de las principales problemáticas ambientales de Cochabamba. El difícil acceso al agua potable sobre todo en la parte sur de la ciudad, la alta tasa de deforestación en zonas de importancia hídrica y el poco respeto por las franjas de seguridad de las cuencas hídricas, son algunos ejemplos. Frente a estas problemáticas, los jóvenes implementaron diversas estrategias de educación para la acción ambiental en barrios, escuelas e instituciones y están generando propuestas de soluciones concretas como sistemas sencillos de cosecha de agua o aprovechamiento de plástico reciclado para la realización de artesanías.

La delegación de Colombia representada por María del Pilar Lemus y Gerardo Gutiérrez presentaron las diversas propuestas de sostenibilidad y adaptación al cambio climático en las que han trabajado en la Cuenca del Lago de Tota. Lo que comenzó como semilleros de investigación en una hoja de ruta para mejorar la gobernanza en la cuenca, se transformó en 8 comunidades de conocimiento alrededor de temáticas que localmente se consideran fundamentales para la adaptación. Los chicos lideraron 2 de ellas – aprendizajes que aporta la ancestralidad y procesos productivos sostenibles. Respecto a la primera línea, se ha rescatado el material documental en lo referente a la historia de la Cuenca. También se han recuperado semillas ancestrales y especies nativas, a través del intercambio y la siembra; algunos ejemplos son: maíz, cubios, ibias, nabos, quinua y especies forestales.

En la línea de producción sostenible, frente a la extendida práctica del monocultivo de cebolla y papa, se trabajó un modelo viable de transición hacia un modelo más agroecológico. También se implantó la primera Escuela de Agroecología de la Cuenca del Lago de Tota: “Escuela de Guardianes de Xie Tota”. Se lleva a cabo los sábados cada 15 días y se trabajan temas como la educación ambiental y el reconocimiento del territorio a través del arte, así como temas relacionados con prácticas y técnicas agroecológicas, estructura ecológica principal y cambio climático, papel de la mujer en la agricultura, semillas nativas, gobernanza y políticas públicas que rigen sobre el territorio.

Kegner y José Macias, dirigentes de la Unión de Organizaciones Campesinas de Esmeraldas – UOCE, presentaron el trabajo que la organización viene realizando desde su reactivación en el año 2011. Un encuentro de 200 jóvenes de las diversas comunidades derivó en la creación de la Escuela Agroecológica “Justina Quiñonez”, que además de promover este tipo de producción, trabaja en soberanía alimentaria. La escuela a futuro busca convertirse en una Universidad. Próximamente se estrenará también la película documental “Morir de hambre, mejor morir luchando” que transmite todos los procesos de la organización.

A partir de las presentaciones, se trabajó para cada territorio la “Montaña de los sueños”, que parte por la definición de lo que anhelan los jóvenes para sus territorios y los próximos pasos para avanzar hacia allá. Luego, se identifican los procesos de otros territorios que les pueden ser útiles en ese camino y las maneras concretas de apoyarse unos a otros. El proceso fue muy enriquecedor, tanto respecto a los diálogos mantenidos como en los acuerdos concretos de colaboración resultantes.

Entre los principales acuerdos están: la generación de una agenda de trabajo colaborativo que incluye el compromiso de compartir documentación, metodologías de trabajo y experiencias exitosas como los Bosques Escuelas del Chocó Andino, las comunidades del conocimiento y expediciones botánicas del lago Tota, la experiencia de la Universidad Popular y Campesina de la UOCE de Esmeraldas y la generación de artesanías que están realizando en Bolivia a partir del adecuado manejo de residuos sólidos. La identificación de problemáticas y fortalezas de cada territorio permitió avanzar en un real intercambio de experiencias además de un fortalecimiento de las distintas redes a partir del mutualismo y los procesos de capacitación que se darán en un futuro cercano.

Más tarde, los participantes hicieron una reflexión de los aprendizajes más importantes que se llevan del intercambio y los plasmaron en íconos, palabras y frases. Por último, se colocaron todos los jóvenes junto a sus montañas de los sueños, una a continuación de otra, para formar una sola cordillera, los Andes, representando el gran territorio del que todos somos parte.

Más allá de la metodología formal, existieron varios espacios como círculos de la palabra alrededor del fuego, comidas conjuntas, ensambles musicales improvisados, entre otros, que generaron vínculos más allá de lo estructurado. Esto estrechó lazos de amistad, fortaleciendo una sola identidad andina. A través de este espacio se construyó una red de apoyo, una red de amigos, enriquecida de experticias, conocimientos, aprendizajes, voluntades, pero sobre todo personas genuinas, que comparten valores fundamentales para la construcción de territorios sostenibles y resilientes. Los acuerdos establecidos nos preparan para un próximo capítulo.

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