La sostenibilidad de las medidas de adaptación tiene que ver en gran medida con su alineación a las necesidades de las comunidades y con la integración de acciones a la cotidianidad de la población. Por lo anterior, el proyecto AICCA junto con los líderes comunitarios ha identificado, priorizado y llevado a cabo actividades para fortalecer las prácticas adaptativas implementadas en la cuenca del Lago de Tota.
Una situación cotidiana que se presenta tras la implementación de medidas de adaptación con enfoque en seguridad alimentaria es tener una oferta abundante y variada de alimentos. La misma que es necesario integrar en las comidas del día a día, así como aprovechar el excedente para generar productos con valor agregado que provean un ingreso adicional para fortalecer la economía familiar. Para responder a esta necesidad, se realizó el taller “De la huerta al plato”, un encuentro gastronómico teórico-práctico que tuvo lugar del 4 al 6 de marzo en 3 sectores de la cuenca, para ampliar los conocimientos de los beneficiarios sobre las formas de consumo de los alimentos producidos en las huertas agrobiodiversas y los jardines de vida. Participaron 48 personas que además de preparar los alimentos, conocieron sus propiedades alimenticias y nuevas formas de agregación de valor como la elaboración de conservas, compotas y encurtidos de vegetales y frutas.
“También tenemos planeado un intercambio de experiencias con viveristas, en el Jardín Botánico de Tunja. Para fortalecer el Centro de Germinación de Tota, nuestra Red de apicultura y la Red fenológica de aves. Así se genera conocimiento para las actividades de propagación de especies nativas de alta montaña, y se ofrecen opciones de sostenibilidad para que se conozcan las personas que trabajan en el tema, se apoyen para resolver dudas, mejorar sus procesos, intercambiar semillas, entre otras necesidades.”
Ana Margoth García, Profesional agropecuario, AICCA Colombia
Por otro lado, se capacitó a las beneficiarias en la elaboración de productos cosméticos y medicinales a partir de plantas que cultivan en sus huertas. Uno de ellos es la crema de caléndula, ideal para procesos de cicatrización de la piel y otro el shampoo de sábila para nutrir y reparar el cabello. Se trata de productos naturales, de fácil elaboración y con un amplio potencial de mercado local.
También se implementó un intercambio de experiencias con organizaciones y líderes del proyecto de Adaptación al Cambio Climático en el área de Chingaza-Sumapaz-Guerrero, ejecutado por Conservación Internacional (CI). Entre el 25 al 27 de marzo, 22 líderes comunitarios compartieron y conocieron experiencias relevantes que han logrado ser sostenibles en el tiempo. Visitaron la Red de Reservas de la Sociedad Civil del corredor de páramos naturaleza real, el vivero forestal de especies nativas de la Asociación Agroturística y Ambiental Bosque Nativo y varios emprendimientos que incluyen: fincas de producción agroecológica, una fábrica de transformación de lácteos, en donde están elaborando productos como yogur con arándanos, polen y miel de abejas, sistemas de producción de huevos de gallinas felices, alimentos bajo invernadero, sistemas silvopastoriles, producción apícola y experiencias de manejo del agua y restauración ecológica.
“Mi recomendación es que no importa que nos tilden de locos, que no es necesario pelear con nadie, sino que nuestro ejemplo y nuestras acciones hablen por sí solos. Ya vimos que sí es posible hacer algo diferente a lo que todo el mundo hace, ¿entonces por qué no hacerlo nosotros?”
Víctor Viveros, Líder Comunitario de Aquitania, Boyacá
Los beneficiarios de las medidas de adaptación participaron con mucho entusiasmo de estas actividades que les dejaron varias reflexiones. En lo técnico y productivo, algunos aprendizajes clave fueron: la importancia del establecimiento de viveros para la producción de material forestal nativo, diseño de planes de restauración ecológica, intercambio de semillas nativas y ubicación de fuentes semilleras, entre otros; pero sin duda, lo primordial fue la identificación e interrelación entre técnicos, campesinos, productores y viveristas que trabajan procesos similares en distintos territorios. Adicionalmente se visibilizó la importancia de la gobernanza, la empatía necesaria en los procesos de aprendizaje, el trabajo colaborativo, la integralidad de los procesos de adaptación y el restablecimiento de relaciones armoniosas con la naturaleza. Con esto, se espera fortalecer estos procesos que han traído a la cuenca, más allá de opciones de adaptación, nuevas formas para volver a vincularse con sus comunidades y su territorio, oportunidades productivas, y espacios para tomar decisiones más cercanas a sus propias visiones.
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