Semana Mundial del Agua: Proyecto sobre infraestructura natural fue presentado en Estocolmo

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Hace cinco años, Perú hizo historia cuando sus legisladores incluyeron un breve pero innovador párrafo en una nueva ley para modernizar el sector de saneamiento en el país. La nueva disposición señalaba que las empresas de agua debían invertir parte de sus ingresos en infraestructura natural, es decir, en las áreas naturales que contribuyen a la producción y conservación del agua: bosques húmedos, páramos o pastizales que ayudan a purificar el agua, o absorben el exceso de precipitación en la estación lluviosa (funciona como una esponja), y libera el agua meses después durante el periodo de estiaje.

Tradicionalmente las empresas que prestaban servicios de agua y saneamiento enfocaban su atención y labor exclusivamente en torno al desarrollo de obras de ingeniería en infraestructura física o gris. A partir de esa nueva norma, además de un desarrollo avanzado del marco normativo, se ha logrado que decenas de millones de dólares se asignen para inversión en proyectos de recuperación y mantenimiento de ecosistemas por parte de las empresas de servicios públicos de agua y saneamiento en Perú. Por si fuera poco, se ha iniciado una transformación en la visión que los decisores del gobierno tienen respecto al agua. Ahora, distintos ministerios e instituciones del Estado están comprometidos a trabajar de manera coordinada en nuevas formas de ejecutar este nuevo enfoque hacia la seguridad hídrica.

En un panel de alto nivel celebrado en Estocolmo (Suecia) durante la Semana Mundial del Agua de este año, esta generación de nuevos líderes en gestión del agua en Perú compartió su visión renovada y poco tradicional de la seguridad hídrica frente a una importante audiencia internacional.

“Soy ingeniero, pero tengo claro que cumplir con el suministro de agua sólo a través de más obras físicas o de construcción gris, trasladando el agua a Lima desde los Andes, no es sostenible”, señaló el jefe de la Autoridad Nacional del Agua de Perú, Walter Obando. “Nuestras soluciones y proyectos se han basado en infraestructura ‘gris’. Ahora queremos ver en qué medida podemos convertirlos en ecológicos, y para hacerlo necesitamos trabajar con otros ministerios”.

Hasta ahora más de US$30 millones han sido asignados por empresas de saneamiento en Perú para proyectos como reforestación de bosques o recuperación de canales preincaicos en los Andes, gracias a los cuales se recolecta agua y se filtra bajo tierra, de donde emerge, meses después, para alimentar los ríos que abastecen las ciudades como Lima. SEDAPAL, la empresa de agua y saneamiento de Lima con más de 11 millones de usuarios, es la más grande del país, y ha podido recaudar a través de la tarifa que cobra a sus usuarios alrededor de US$23 millones para ser invertidos en infraestructura natural.

Obando se dirigió al público internacional que incluía expertos en agua, responsables de la formulación de políticas y agencias de cooperación internacional, junto con sus colegas Lucía Ruíz, Viceministra de Medio Ambiente; Iván Lucich, Presidente del Consejo Directivo de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento de Perú – SUNASS; Dirk ten Brink, Especialista en Biodiversidad y Adaptación al Cambio Climático de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID); Fernando Momiy, ex presidente de SUNASS y actual Director del Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica (INSH). También se contó con la importante participación de Juan Tarazona, Viceministro de Construcción y Saneamiento y del Ingeniero Jorge Bustamante, Presidente del Directorio de SEDAPAL.

Los funcionarios dialogaron sobre el trabajo conjunto que se tiene planeado realizar con el equipo del proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica (INSH), una iniciativa de $ 27.5 millones respaldada por USAID y el Gobierno de Canadá que busca apoyar las inversiones de Perú en infraestructura natural a través de fomentar una mayor coordinación entre ministerios y los distintos niveles de gobierno relacionados a la gestión del recurso hídrico. El proyecto también tiene como objetivo ayudar a crear una cartera sólida de proyectos en infraestructura natural que podrían alinearse con servicios de saneamiento en áreas rurales, que a su vez contribuya a la equidad de género, trasladando ingresos a las mujeres a través de los mecanismos de retribución por servicios ecosistémicos y apoye el desarrollo de las comunidades rurales.

El Proyecto también invertirá en capital humano, es decir, en desarrollar las habilidades técnicas y científicas locales necesarias para implementar la visión nacional, según la cual, la naturaleza juega un papel central en las respuestas de seguridad hídrica y adaptación al cambio climático del país.

El agua como recurso está involucrada en prácticamente todas las actividades económicas del país, y por esto, Obando, Ruíz y Lucich enfatizaron en la importancia que tiene la coordinación entre los sectores para lograr un escalamiento rápido de las inversiones en infraestructura natural, de lo cual no hay precedentes a este nivel.

Las empresas de agua y saneamiento ya no pueden responsabilizarse del agua solo cuando ingresa a su captación para su tratamiento, y los responsables del sector agrícola deben considerar cómo la producción agrícola intensiva río arriba puede afectar la calidad o el suministro de agua para las ciudades de la cuenca abajo. Asimismo, los responsables políticos nacionales deben trabajar estrechamente con sus contrapartes a nivel local y regional, como explicó Lucich.

“Los gobiernos regionales y nacionales podrían pagar por la inversión inicial en proyectos de conservación”, dijo Lucich. “Para que la inversión sea sostenible, las utilidades generadas podrían mantener la infraestructura natural a largo plazo”.

Obando, Ruíz y Lucich manifestaron su alianza para afrontar este desafío. Obando explicó que los responsables de políticas públicas de otros países, como Brasil y Bolivia, ya le están pidiendo consejos sobre cómo avanzar en sus propias inversiones en infraestructura natural.

“Hubo una reunión de voluntades sobre este tema”, dijo Ruíz. “Sabemos que tenemos que trabajar en esto juntos, incluso si a veces no es fácil trabajar con los otros ministerios. La base está ahí, y necesitamos construir sobre ella. Este es el momento y la oportunidad “.

Sobre el proyecto de Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica

El Proyecto de Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica apunta a aumentar las inversiones en infraestructura natural en Perú para contribuir a garantizar el suministro de agua a las ciudades y aumentar la resiliencia climática. El proyecto está financiado por USAID y el gobierno de Canadá. Es implementado por Forest Trends junto a sus socios CONDESAN, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), EcoDecision e Imperial College London.

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