Este jueves 11 de abril, durante el XVII Encuentro de Geógrafos de América Latina – EGAL, que se realizó en la Pontificia Universidad Católica en Quito, Ronald Torres, técnico de la Mancomunidad del Chocó Andino, expuso la experiencia de la MCA en la Gestión Sostenible de Paisajes Rurales. Proceso que ha recibido, desde 2014, el apoyo del Programa Bosques Andinos (iniciativa de COSUDE implementada por el consorcio CONDESAN y Helvetas Swiss Intercooperation) y sus socios locales.
Tradicionalmente, en el DMQ la planificación y las políticas públicas han respondido solamente a los contextos y necesidades urbanas, marginando los territorios y poblaciones rurales. Por otro lado, en el ámbito rural se evidencia una débil coordinación entre las agendas de los diferentes niveles y entidades de gobierno. La MCA es una plataforma de gobernanza de escala intermedia, que nace como respuesta a estas dos problemáticas y agrupa a 6 gobiernos parroquiales rurales del Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) que, considerando sus excepcionales condiciones ecológicas y culturales, han decidido trabajar conjuntamente para la gestión sostenible e inclusiva de su territorio.
En sus pocos años de existencia, la MCA ha conseguido grandes avances hacia sus objetivos, como son las declaratorias internacionales de Bosque Modelo y Reserva de Biósfera. Además, el esquema mancomunando, ha fortalecido la capacidad de negociación local frente al Municipio de Quito y otros niveles de gobierno, logrando avances importantes en la construcción de marcos legales e instrumentos de planificación desde una visión local.
La agenda del evento incluyó una visita de campo a la comunidad de Yunguilla, que es parte de la Mancomunidad del Chocó Andino. Los participantes pudieron ver de primera mano, las distintas alternativas productivas sostenibles en las que ha emprendido Yunguilla para convivir con los bosques, además de los beneficios que les ha traído ser parte de la MCA. Kevin Reyes de Colombia, resaltó la importancia de conocer estos medios de vida alternativos que dan viabilidad a la conservación.
Cabe destacar que la ponencia se enmarcó en el panel “el interfaz urbano rural de las ciudades intermedias: Segregación, urbanización y nueva ruralidad”, y se refirió específicamente al proceso de articulación entre la MCA y el Municipio del Distrito Metropolitano utilizando como ejemplo el Plan Especial de Uso y Ocupación del Suelo de la MCA, que ilustra la articulación de actores para la conservación, restauración y manejo sostenible del territorio, y para la generación colaborativa y participativa de conocimiento.
El inicio del proceso de elaboración del Plan Especial enfrentó 2 desafíos principales: la poca experiencia de planificación territorial de áreas rurales de importancia ecológica y la escasez de información sobre tenencia de la tierra y pequeños asentamientos humanos. Para superarlos se requirió un trabajo multidisciplinario. La tabla siguiente muestra los actores que trabajaron coordinadamente y los aportes logrados por cada uno de ellos:
Institución |
Rol en el proceso |
Mancomunidad del Chocó Andino |
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Secretaría de Territorio Hábitat y Vivienda del MDMQ |
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Secretaría del Ambiente del MDMQ |
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Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecoregión Andina CONDESAN |
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Fundación Imaymana |
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Observatorio para la producción de Territorio del Ecuador de la UCE |
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Instituto Metropolitano de Patrimonio |
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Agencia Extremeña de Cooperación Internacional al Desarrollo |
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Bosque Modelo Chocó Andino y Universidad Politécnica de Madrid |
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Museo de Sitio de Tulipe |
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Concejo Metropolitano de Quito |
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Facultad de Trabajo Social de la UCE |
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La metodología de elaboración del Plan Especial incluyó la recopilación y sistematización de información secundaria, estructurada en capas temáticas en una base de datos geográfica. Además, se realizaron 6 talleres participativos en cada una de las cabeceras parroquiales, para recopilar información facilitada por líderes y representantes de 73 comunidades. La información levantada respondió a las siguientes temáticas: equipamientos, servicios, movilidad, sectores económicos, uso y tenencia de la tierra, manejo de recursos faunísticos, ocio y cultura, aspiraciones locales y datos de contacto de líderes locales. Posteriormente, se presentó la propuesta técnica en espacios de articulación de actores que se relacionan con la gestión territorial como los Comités de Gestión de las Áreas de Conservación y Uso Sostenible, el Comité Ampliado del Corredor Ecológico del Oso Andino y el Directorio de la MCA. Por último, se realizó un evento de socialización más amplio en el que se recibieron aportes de diversos actores de todo el territorio.
Se obtuvieron varios productos, pero fundamentalmente el documento del modelo de gestión que servirá de base para la elaboración de la Ordenanza de aprobación del Plan. A través del componente de Patrimonio Natural, se definieron zonas clave para la conservación y restauración de las funciones ecológicas del territorio, sobre todo aquellas relacionadas con mantener y ampliar el hábitat de la vida silvestre y la disponibilidad y calidad del agua para consumo humano y usos productivos. Además, se generan las recomendaciones para la normatividad de uso del suelo y zonificación, así como una propuesta de programas con acciones e incentivos para lograr los objetivos de gestión territorial.
Si bien el Plan demanda una profunda innovación de parte del Municipio del DMQ, tiene una importancia estratégica, pues apunta a la conservación de un territorio que posibilita el acceso a alimentos sanos y de calidad, servicios ecosistémicos hídricos y de captura y almacenamiento de carbono, posibilita el contacto con la naturaleza a la población de la zona urbana y ofrece amplias posibilidades de desarrollo turístico y agroproductivo. Al ser el primer Plan Especial para el territorio de la MCA, es necesaria una evaluación constante, planteada en periodos de 5 años, para actualizarse, ajustarse o replantearse, manteniendo la visión de sostenibilidad ecológica, cultural y producción sostenible planteada por la Ordenanza Metropolitana No 137 y los demás instrumentos que reconocen esta vocación en el territorio.