En el primer día del Segundo Congreso Ecuatoriano de Restauración del Paisaje que se lleva a cabo en la Universidad del Azuay en Cuenca, Jessica Coronel, Directora Nacional Forestal presentó el nuevo Modelo de Gestión para la implementación del Plan de Restauración Forestal 2018 – 2030. La construcción del Modelo, que recibió el apoyo de CONDESAN en el marco del Programa Bosques Andinos y el Proyecto EcoAndes, se basa en las lecciones aprendidas de la experiencia del Ministerio en las fases previas de implementación.
Los objetivos del modelo de gestión son: 1) Implementar procesos institucionales adecuados para la Restauración Forestal, y 2) Establecer mecanismos que faciliten la integración de acciones de restauración en la planificación territorial.
Para ello, se han establecido 4 roles principales. El primero se relaciona a la rectoría y regulación, alineada a los compromisos internacionales y a la política pública nacional. Se están generando acuerdos ministeriales, reglamentos, procesos y métodos que apoyen la implementación del Plan, con énfasis en la reglamentación del Código Orgánico del Ambiente. El segundo rol principal se refiere a la planificación a través de mesas territoriales, en donde se definen las áreas y actividades prioritarias para la restauración en coordinación con una base amplia de actores. En las mesas territoriales se recibirán propuestas iniciales para proyectos de restauración y se analizará su viabilidad. En la ejecución, se suscriben los convenios y se implementan las actividades de forma colaborativa con entidades ejecutoras como: GADs, comunidades, Mancomunidades, Federaciones, ONGs, Academia y Sector Privado. Por último, la fase de vinculación plantea el establecimiento de acuerdos intra e interinstitucionales para garantizar el mantenimiento de las áreas restauradas en un plazo de 10 años.
Así, el Modelo de Gestión busca: adaptarse a las distintas realidades nacionales integrándose en los planes territoriales locales, incluir nuevos actores interesados, mejorar el involucramiento y la pertinencia de las actividades para los pobladores locales incluyendo dimensiones productivas, fortalecer capacidades, vincular principios de ancestralidad y establecer sistemas de monitoreo a través de una plataforma virtual de seguimiento.
La meta es implementar acciones de restauración para entre 10.000 y 15.000 hectáreas anuales en las áreas de mayor prioridad en el contexto nacional, bajo un modelo de gestión que fomente la permanencia de los procesos en el tiempo.